Solo de la mente de uno de los integrantes de los Monty Python, como Terry Gilliam, podía salir una película británica como Brazil, una película realmente surrealista, impresionante y magnífica que te mantiene con los ojos abiertos de par en par durante todo el metraje tratando de averiguar qué será lo siguiente.
En el punto de comedia que tiene la cinta se deja ver el peculiar humor de los Monty Python, mientras el resto de la película te sumerge en un montón de ingredientes nuevos, aderezados con gran talento, hasta que al final no puedes más que dejarte llevar por la locura y el ritmo de Brazil.
TÍTULO ORIGINAL: Brazil
AÑO: 1985
DURACIÓN: 131 min.
PAÍS: Reino Unido
DIRECTOR: Terry Gilliam
GUIÓN: Terry Gilliam, Tom Stoppard, Charles McKeown
MÚSICA: Michael Kamen
FOTOGRAFÍA: Roger Pratt
REPARTO: Jonathan Pryce, Robert De Niro, Michael Palin, Kim Greist, Katherine Helmond, Ian Holm, Bob Hoskins, Ian Richardson, Peter Vaughan, Jim Broadbent, Barbara Hicks, Charles McKeown, Derrick O'Connor, Kathryn Pogson
PRODUCTORA: Universal Pictures; Productor: Arnon Milchan
GÉNERO: Ciencia-Ficción. Fantástico | Película de culto
SINOPSIS: En un extraño y deprimente universo futurista donde reinan las máquinas, una mosca cae dentro de un ordenador y cambia el apellido del guerrillero Harry Tuttle por el del tranquilo padre de familia Harry Buttle, que es detenido por el complejo aparato represor del Estado y muere en sus manos. El tranquilo burócrata Sam Lowry es el encargado de devolver un talón a la familia de la víctima, pero al hacerlo conoce a Jill Layton, la mujer de sus sueños, y, mientras la persigue, se encuentra, hace amistad y se convierte en cómplice de Harry Tuttle.
CRÍTICAS:
- Como explican en el documental "The Battle for Brazil", la productora del film instó a Terry Gilliam a editar la película para hacerla menos oscura y más comercial. Guilliam se negó y se distribuyó tal cual la había pensado. Sin embargo, algunas televisiones americanas sí que editaron el film, haciéndolo más ligero, más fantasioso y mucho menos oscuro. Esta edición, conocida bajo el nombre de "Brazil: Love Conquers All", cambia el final por uno más feliz y con ello le da una vuelta a todo el sentido de la historia. Además de emitirse de vez en cuando en algunos canales de Estados Unidos, esta 'versión' se encuentra disponible en varias ediciones en DVD del film original.
- Película de culto, una historia futurista con un delicioso cameo de Robert de Niro.
AÑO: 1985
DURACIÓN: 131 min.
PAÍS: Reino Unido
DIRECTOR: Terry Gilliam
GUIÓN: Terry Gilliam, Tom Stoppard, Charles McKeown
MÚSICA: Michael Kamen
FOTOGRAFÍA: Roger Pratt
REPARTO: Jonathan Pryce, Robert De Niro, Michael Palin, Kim Greist, Katherine Helmond, Ian Holm, Bob Hoskins, Ian Richardson, Peter Vaughan, Jim Broadbent, Barbara Hicks, Charles McKeown, Derrick O'Connor, Kathryn Pogson
PRODUCTORA: Universal Pictures; Productor: Arnon Milchan
GÉNERO: Ciencia-Ficción. Fantástico | Película de culto
SINOPSIS: En un extraño y deprimente universo futurista donde reinan las máquinas, una mosca cae dentro de un ordenador y cambia el apellido del guerrillero Harry Tuttle por el del tranquilo padre de familia Harry Buttle, que es detenido por el complejo aparato represor del Estado y muere en sus manos. El tranquilo burócrata Sam Lowry es el encargado de devolver un talón a la familia de la víctima, pero al hacerlo conoce a Jill Layton, la mujer de sus sueños, y, mientras la persigue, se encuentra, hace amistad y se convierte en cómplice de Harry Tuttle.
CRÍTICAS:
- Como explican en el documental "The Battle for Brazil", la productora del film instó a Terry Gilliam a editar la película para hacerla menos oscura y más comercial. Guilliam se negó y se distribuyó tal cual la había pensado. Sin embargo, algunas televisiones americanas sí que editaron el film, haciéndolo más ligero, más fantasioso y mucho menos oscuro. Esta edición, conocida bajo el nombre de "Brazil: Love Conquers All", cambia el final por uno más feliz y con ello le da una vuelta a todo el sentido de la historia. Además de emitirse de vez en cuando en algunos canales de Estados Unidos, esta 'versión' se encuentra disponible en varias ediciones en DVD del film original.
- Película de culto, una historia futurista con un delicioso cameo de Robert de Niro.
Fuente: Filmaffinity
Brazil comienza en una peculiar sala donde un montón de máquinas de escribir convertidas en futuristas ordenadores funcionan a toda pastilla bajo la supervisión de un funcionario más preocupado por la molestia que le causa una mosca que por el trabajo que se desarrolla dentro de su despacho. Al matar la mosca esta cae dentro de uno de los ordenadores provocando un error en uno de los documentos y cambiando el apellido Tuttle por el de Buttle, lo que tiene una gravísima consecuencia y es que el apacible hombre de familia Harry Buttle sea confundido con Harry Tuttle, guerrillero terrorista en contra del sistema establecido, y llevado ante las autoridades del Estado, quienes acaban con él.
En este apocalíptico y distópico mundo en el que la burocracia lo es todo y no se puede ni levantar uno de la cama sin rellenar el consiguiente formulario, nadie quiere hacerse cargo del error cometido, ya que oficialmente no existen errores en el sistema burocrático. Pero el fallo llega hasta el conocimiento de Sam Lowry, un tecnócrata muy eficiente, quien con la mejor intención se dispone a hacerse cargo del papeleo, visitando a la familia del fallecido para entregarles un talón. Accidentalmente allí se encuentra con la mujer de sus sueños que resulta ser la vecina de la familia Buttle. Cada noche e incluso despierto Sam imagina un mundo utópico en el que posee alas y lucha contra el mal para rescatar a su princesa particular, pero la mujer hecha realidad huye de él.
Para poder obtener información de ella Sam se somete a los deseos de su madre, una mujer bien posicionada socialmente, obsesionada con su aspecto y con parecer cada día más joven, además de conseguir un empleo para su hijo entre los altos cargos. Así, Lowry acepta un ascenso al departamento de obtención de información.
La búsqueda de la mujer de la que se ha enamorado en cada uno de sus sueños, así como su implicación en el error burocrático de Buttle y su relación clandestina con el peculiar Harry Tuttle con quien trabará una extraña amistad complican la plácida vida de Sam Lowry hasta el punto de llegar a ser considerado una amenaza para el gobierno... Y el resto, os lo veis.
El título de la película es otro elemento surrealista de la misma, puesto que solo hace alusión a la canción del mismo nombre conocida por todos. Entre el reparto encontramos un joven e impresionante Robert de Niro y un Bob Hoskins envuelto literalmente en mierda. El papel protagonista lo lleva en todo momento Jonathan Pryce de una manera perfecta, adaptándose en cada momento a la personalidad soñadora y bondadora de Sam Lowry .
La película obtuvo en su día dos nominaciones a los Oscar, uno para la mejor dirección artística y otro para el mejor guión original. Desde luego nadie puede negar que el guión es increíblemente original.
Su director definió esta película como la segunda de una trilogía formada por Time Bandits, de 1981, y Las aventuras del Barón Munchausen, de 1989. Ambas son desconocidas para mí, así que me las apunto. Los puntos en común para poder considerarlas una trilogía es el tema principal de todas ellas: la lucha por la imaginación y la libertad del pensamiento en un mundo que se opone firmemente a ese tipo de ideas.
Personalmente la película me ha fascinado, en todo momento te mantiene pegado a la pantalla, sin ser capaz de creer lo que estás viendo y lo que ocurre a cada momento, pero la película no acaba cuando lo hace su metraje. Forma parte de ese tipo de películas que se interna en tu interior y te hace darle una y mil vueltas tratando de encontrar todas sus respuestas, y es que detrás de esa superficie cómica, futurista y surrealista se esconden miles de líneas de lectura que convierten a Brazil en lo que es, una auténtica película de culto, que cambiará a todo aquel que ose verla.
La película mezcla el futuro distópico en que vive Sam Lowry y su sociedad, con las imágenes oníricas que crea su mente y lo refugian de ese mundo real, todo ello aderezado con un humor cruel en que el sistema impuesto trata de protegerse y perdurar.
Antes de su estreno la película ya comenzó a tener problemas por el desacuerdo entre su director y la productora, que quería cambiar su final a uno más comercial, tipo made in USA (y eso que estamos en el Reino Unido que si llega a pillar en Hollywood nadie nos libra de un final que ni La casa de la pradera). Terry Gilliam se negó en rotundo y la película se estrenó como era originalmente sin lograr mucho éxito en taquilla. Pero las cadenas americanas si que editaron el film convirtiendo la película en una versión más corta de la misma, de 131 minutos de duración y con final feliz, que por supuesto pierde toda la esencia de la cinta convirtiéndola en una película sin mucho sentido. Personalmente no me llama la atención ver esa versión censurada y prescindible. La película es completamente perfecta tal cual Terry Gilliam la imaginó, y la rodó convirtiéndose para mí en su mejor obra. Sigue dando vueltas en mi cabeza, y desde luego que no descarto una pronta revisión de ella.
Por el momento os dejo el trailer para que os dejéis llevar por la locura de Brazil. A todos aquellos amantes de la ciencia ficción, solo tengo una cosa que decir: ¡No os la perdáis!.
En este apocalíptico y distópico mundo en el que la burocracia lo es todo y no se puede ni levantar uno de la cama sin rellenar el consiguiente formulario, nadie quiere hacerse cargo del error cometido, ya que oficialmente no existen errores en el sistema burocrático. Pero el fallo llega hasta el conocimiento de Sam Lowry, un tecnócrata muy eficiente, quien con la mejor intención se dispone a hacerse cargo del papeleo, visitando a la familia del fallecido para entregarles un talón. Accidentalmente allí se encuentra con la mujer de sus sueños que resulta ser la vecina de la familia Buttle. Cada noche e incluso despierto Sam imagina un mundo utópico en el que posee alas y lucha contra el mal para rescatar a su princesa particular, pero la mujer hecha realidad huye de él.
Para poder obtener información de ella Sam se somete a los deseos de su madre, una mujer bien posicionada socialmente, obsesionada con su aspecto y con parecer cada día más joven, además de conseguir un empleo para su hijo entre los altos cargos. Así, Lowry acepta un ascenso al departamento de obtención de información.
La búsqueda de la mujer de la que se ha enamorado en cada uno de sus sueños, así como su implicación en el error burocrático de Buttle y su relación clandestina con el peculiar Harry Tuttle con quien trabará una extraña amistad complican la plácida vida de Sam Lowry hasta el punto de llegar a ser considerado una amenaza para el gobierno... Y el resto, os lo veis.
El título de la película es otro elemento surrealista de la misma, puesto que solo hace alusión a la canción del mismo nombre conocida por todos. Entre el reparto encontramos un joven e impresionante Robert de Niro y un Bob Hoskins envuelto literalmente en mierda. El papel protagonista lo lleva en todo momento Jonathan Pryce de una manera perfecta, adaptándose en cada momento a la personalidad soñadora y bondadora de Sam Lowry .
La película obtuvo en su día dos nominaciones a los Oscar, uno para la mejor dirección artística y otro para el mejor guión original. Desde luego nadie puede negar que el guión es increíblemente original.
Su director definió esta película como la segunda de una trilogía formada por Time Bandits, de 1981, y Las aventuras del Barón Munchausen, de 1989. Ambas son desconocidas para mí, así que me las apunto. Los puntos en común para poder considerarlas una trilogía es el tema principal de todas ellas: la lucha por la imaginación y la libertad del pensamiento en un mundo que se opone firmemente a ese tipo de ideas.
Personalmente la película me ha fascinado, en todo momento te mantiene pegado a la pantalla, sin ser capaz de creer lo que estás viendo y lo que ocurre a cada momento, pero la película no acaba cuando lo hace su metraje. Forma parte de ese tipo de películas que se interna en tu interior y te hace darle una y mil vueltas tratando de encontrar todas sus respuestas, y es que detrás de esa superficie cómica, futurista y surrealista se esconden miles de líneas de lectura que convierten a Brazil en lo que es, una auténtica película de culto, que cambiará a todo aquel que ose verla.
La película mezcla el futuro distópico en que vive Sam Lowry y su sociedad, con las imágenes oníricas que crea su mente y lo refugian de ese mundo real, todo ello aderezado con un humor cruel en que el sistema impuesto trata de protegerse y perdurar.
Antes de su estreno la película ya comenzó a tener problemas por el desacuerdo entre su director y la productora, que quería cambiar su final a uno más comercial, tipo made in USA (y eso que estamos en el Reino Unido que si llega a pillar en Hollywood nadie nos libra de un final que ni La casa de la pradera). Terry Gilliam se negó en rotundo y la película se estrenó como era originalmente sin lograr mucho éxito en taquilla. Pero las cadenas americanas si que editaron el film convirtiendo la película en una versión más corta de la misma, de 131 minutos de duración y con final feliz, que por supuesto pierde toda la esencia de la cinta convirtiéndola en una película sin mucho sentido. Personalmente no me llama la atención ver esa versión censurada y prescindible. La película es completamente perfecta tal cual Terry Gilliam la imaginó, y la rodó convirtiéndose para mí en su mejor obra. Sigue dando vueltas en mi cabeza, y desde luego que no descarto una pronta revisión de ella.
Por el momento os dejo el trailer para que os dejéis llevar por la locura de Brazil. A todos aquellos amantes de la ciencia ficción, solo tengo una cosa que decir: ¡No os la perdáis!.
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