Tengo que admitir que mi mayor atracción por ver esta película era la aparición en ella de Zachary Quinto, que con orejas puntiagudas y el pelo repeinado, para mí sigue estando buenísimo, y es que lo más característico de tan bello rostro es difícil de disimular. Pero dejando anécdotas a parte, acudí al cine rodeada de un par de conocidos en la materia que se morían por ver la nueva película de Star Trek que tanto estaba dando que hablar.


Y el espectáculo comenzó cuando se inició la proyección, las imágenes se sucedían de forma vertiginosa y antes de darme cuenta ya me había enganchado a esta aventura espacial...

Pero para comenzar a hablar de Star Trek tenemos que remontarnos mucho en el tiempo, a 1966 cuando comenzó la serie original, pero el universo creado por Star Trek se ha ampliado mucho desde entonces, contando con cinco series de televisión de personajes reales y una serie de animación y once películas, siendo la última de ellas el objeto de este post. Además de múltiples videojuegos, novelas y todo lo que deriva el merchandisign. Por todo esto, y supongo que mucho más, se ha convertido en un fenómeno de culto y en parte de la cultura popular.


La historia se basa en un futuro que todavía no queda cercano, abarcando desde 2063 hasta 2379, durante el que existirá la llamada Fundación de los Planetas Unidos, a bordo de la Enterprise su flota, compuesta por humanos y extraterrestres recorrerá el universo viviendo millones de aventuras. La música de Star Trek, al igual que en otras sagas conocidas, ha jugado un papel importante, contando con reconocidos compositores como Jerry Goldsmith.


En 2009 J.J. Abrams, más conocido por ser uno de los creadores de la serie Perdidos, toma el testigo, y crea la película Star Trek XI, para lo que vuelve a sus orígenes y toma los personajes de la serie original encarnándoles con un nuevo reparto. Nos lleva más allá de lo que nos ha llevado la franquicia anteriormente, a las historias que crearon a los míticos personajes, el Capitán James T. Kirk y Spock, para volver a unirles a bordo de la Enterprise. De hecho el comienzo de la película supone el nacimiento de un nuevo y diferente James Tiberius Kirk. En esta ocasión el enemigo será un romulano llamado Nero que amenaza a la Federación.


La película cuenta con muy buenos efectos especiales y unas interpretaciones a la altura. Uno de los elementos que me ha resultado más atractivo de la trama es la aparición de Leonard Nimoy en su papel de Spock, pasándole personalmente el testigo a Zachary Quinto.


Personalmente la película me resultó una grata sorpresa, que no puedo comparar con antiguas entregas de la saga, pero que a priori se me antoja a la altura, ya que ha conseguido que una historia tan antiguo como futurista vuelva a resurgir con un nuevo comienzo, en una historia creíble que atrae tanto a fans consumados como a desconocidos en la materia, como es mi caso.

Los actores realmente convencen, en su parte humana y no humana, para mí, como ya habríais averiguado, el más sobresaliente de todos es el papel de Spock y como Zachary Quinto da vida a su mitad humana y su mitad vulcana en continua pelea interna. Eric Bana esta realmente irreconocible en su papel de romulano, convirtiéndose en un auténtico villano de cine. El personaje del doctor McCoy, en la piel de Karl Urban, es probablemente el más parecido físicamente a su personaje en la serie original, consiguiendo un impactante parecido y una interpretación magnífica. También Winona Ryder aparece en la película en un papel que la hace irreconocible, la más humana y dulce madre de Spock.


La película ha obtenido cuatro nominaciones a los Oscars en categorías técnicas, y aunque es un duro año para competir en esas categorías dada la revolucionaria aparición de Avatar, tendremos que esperar unos días para comprobar si finalmente se alza con alguna estatuilla.

Lo único que puedo decir después de esta película es que estamos ante el renacimiento de una nueva era de Star Trek, y yo no me la voy a perder.