Los renegados del diablo se trata de la secuela de La casa de los mil cadáveres, esta película puede verse perfectamente sin su predecesora, como es mi caso, pese a ser realmente una continuación de la primera película.

La segunda película de Rob Zombie comienza algunos meses después de lo ocurrido en la primera película, ambientada en 1978, cuando la familia Firefly se despierta al ser atrincherados por la policía, acusados de asesinato y tortura de numerosas personas. Los hermanos Otis y Baby consiguen escapar, pero la madre es capturada.

Los hermanos llaman a su padre, el capitán Spaulding, con quienes se encuentran en un motel donde encontrarán a dos parejas que recibirán el peculiar trato de la familia... los fugitivos tratan de esconderse de la policía y continuar con su forma de vida, pero para el policia a cargo del caso es un asunto personal ya que fueron ellos quienes mataron a su hermano, así que no se lo pondrá tan fácil. Contar más sería desvelar demasiado, si es que no lo he hecho ya.


La cinta no da tregua desde su inicio con el tiroteo de la policía contra la casa de los Firefly hasta el final, que ya comentaba que personalmente me resulta de una magnífica belleza, en el que la música, la imagen, la acción, la trama y cada gesto se funden en un final que podría incluso resultar épico.

La película recibió diferentes respuestas por parte de la crítica, pero supuso una mejora importante respecto a su debut cinematográfico. Bebe de todas las películas en las que se inspira, películas como La matanza de Texas, La última casa a la izquierda, o Las colinas tienen ojos.


La estética de la película es muy notable reproduciendo perfectamente la estética setentera de serie B y las películas road movie, aunque con un presupuesto algo mayor, así como una música que encaja perfectamente con el metraje y te introduce en él. El género del terror no sé si es el más adecuado para encajar esta película, ya que no provoca miedo, es cruel, es perversa, sádica y gore aderezado con humor negro, pero no es terrorífica. Para los aficionados al género esta película resultará sin duda muy acertada.

Sorprendente es el personaje de Baby, la actriz Sheri Moon Zombie, esposa del director, con su cara angelical que esconde la misma perversa personalidad que el resto de su familia. Rob Zombie la convierte a ella y el resto de su familia en antihéroes, personajes de leyenda que los convierte en míticos en una sociedad enfermiza en la que el perfil del psicópata se convierte en algo morboso.

El final que ya he mencionado varias veces, para el deleite de los que ya han visto la película, los que no la hayais visto no os la destripéis...