La película, en general, pasó sin pena ni gloria, en la que lo que más se ha llegado a destacar es su fantástica banda sonora, pero a mi me parece un muy buen trabajo. Una película que te hace sentir con los personajes, comprenderles y sentirte parte de ellos, todo es mejorable, pero el resultado es más que bueno, lo que también hay que agradecerle a la fotografía de la película, de notoria calidad y a la música de Hans Zimmer, que consigue también darle a la película mayor valor del que alcanzaría tan solo con sus poderosas imágenes.

Conclusión: Película que recomiendo a todo el mundo, cuanto menos te entretendrá, y si tienes suerte te enamorará.

Por cierto cuidado con lo que leeis si no habeís visto las películas porque destripo las grandes escenas con pelos y señales.

En cuanto a Death Proof, resulta la película más floja de la impresionante carrera de Tarantino, los diálogos no son tan brillantes como el director nos tiene acostumbrados y la película por momentos llega a hacerse incluso aburrida.

En su homenaje a Grindhouse toma una película del estilo "road movie" tomando como máxima referencia la película Punto Límite: Cero, película de culto de 1971, en la que un ex-policía debía viajar de Denver a San Francisco en 15 horas para ganar una apuesta, creando eternas persecuciones por varios estados. A tal punto llega el homenaje hacía esta película en concreto que utiliza el mismo modelo de coche para la persecución más impresionante. Resulta mucho más lenta que Planet Terror y creo que no consigue del todo el homenaje pretendido, aunque las persecuciones son realmente buenas e impresionantes.


La película está claramente dividida en dos partes, una primera parte bastante aburrida en la que los personajes ni siquiera me cayeron simpáticos, las cuatro primeras chicas se dedican a beber, fumar y tener diálogos que no parecen salidos de la mente de Tarantino de lo flojos que son, llagando incluso a sobrar diálogo (nunca creía que diría algo así de una película de Tarantino). De esta parte cabría destacar la escena final, impresionante como mata a Rose McGowan, y el choque frontal con la visión a cámara lenta de la perspectiva de cada una de las chicas, pura poesía, todo lo anterior realmente llega a sobrar en su mayor parte, salvaría el encuentro entre Rose McGowan y Kurt Russel en el bar y su conversación, más propia de Tarantino, y poco más.


La segunda parte coge ritmo, la esencia de Tarantino por fin se hace apreciable, nos presenta a otras cuatro chicas, personajes más simpáticos que tienen unos diálogos mucho mejores, dignos de su director, amén de lo divertido de los guiños a Kill Bill a lo largo de toda esta segunda parte, con el sonidito del móvil, el coche amarillo y la animadora al más puro estilo de la novia. Todo coge potencia a lo largo de esta segunda mitad hasta llegar al apoteósico final, en que el cazador se convierte en cazado y... ¡de que manera! consiguiendo un final realmente impresionante e inesperado.

Pero no son solo las chicas las protagonistas de la película, Kurt Russell encarna al especialista Mike, un hombre rudo que solo se siente completo tras el volante de su coche, un Chevrolet Nova, con el que recorre las carreteras en busca de hermosas jóvenes con las que aplacar su sed sangre. Pero Kurt Russell aparece poco en la película, se queda en segundo plano hasta que coge las riendas, me hubiese gustado más Kurt Russell en la película, ya que está realmente fantástico en su papel.

La banda sonora está muy cuidada como es propio de Tarantino y le falla la falta de linealidad en la historia que utiliza en todas sus demás películas, en este caso sigue la historia desde un principio hasta un final lo que no le hace ningún favor. También en esta película el director prueba una nueva faceta suya actuando también como director de fotografía, por si no tenía bastante con haber hecho ya de director, actor, guionista, productor e incluso montador en su primer cortometraje.