Esta serie combina a la perfección acción y comedia. Con Zachary Levi al frente, en el papel de Chuck, la serie nos traslada desde la vida de un perfecto friki de la informática hasta su conversión en un espía del gobierno. Su papel protagonista está perfectamente respaldado por sus dos agentes protectores, su angelito bueno, Sarah Walker (Yvonne Strahovski), agente de la CIA, y su pequeño demonio, John Casey (Adam Baldwin), agente de la NSA, condenados a trabajar juntos para garantizar la seguridad de Chuck y la cooperación entre las agencias.

A lo largo de la serie se sucederán distintas misiones para este curioso equipo de tres espias, en las que se verán envueltas las vidas de todos los que rodean a Chuck sin que lleguen a percibirlo, también las relaciones entre ellos se van haciendo cada vez más estrechas y complicadas, en especial la relación entre Chuck y Sarah, la ficticia novia que tiene que proteger al nuevo Intersec, quienes viven una relación imposible bañada de sus propias historias personales.

Su primera temporada consta de 13 capitulos, emitidos ya en España. Su segunda temporada, por lo que parece de 14 capítulos no ha llegado aún a nuestro país pero ya ha emitido 11 capítulos en Estados Unidos.

Un pequeño detalle que me resulta gracioso es que todos los capítulos de la serie se titulan: Chuck versus... lo que toque en cada capítulo.

Conclusión: Os la recomiendo porque me parece una serie fresca y muy muy divertida, os va a encantar.

M. Night Shyamalan nació el 6 de agosto de 1970 en Pondicherry, La India, bajo el nombre de Manoj Nelliyattu Shyamalan, pero en su niñez se trasladó con sus padres, ambos médicos, a los Estados Unidos, concretamente a Philadelphia, ciudad que, años después, serviría de escenario a muchas de sus futuras obras cinematográficas.

Fascinado por el cine ya desde joven, estudió cinematografía en la Tisch School of Arts de Nueva York y mucho antes de iniciar su carrera como realizador ya había rodado sus primeros y múltiples cortos caseros.

Su primer largometraje como director y guionista sería Praying with anger, en 1992, una película también interpretada por el propio Shyamalan, en la cual abordaba la historia, de claros tintes autobiográficos, de un joven hindú criado en Estados Unidos que retornaba a su país de origen para estudiar un curso universitario sintiéndose como un extraño en su propia tierra. Praying with anger fue recibida con notables críticas en los Festivales donde fue estrenada y acabó siendo elegida mejor película debut del año para el Instituto de Cine de Los Angeles.

Un año después del estreno de su primera película, en 1993, Shyamalan contrajo matrimonio con Bhavna, con quien todavía permanece felizmente casado.

Tras unos años sin actividad como director, Shyamalan rodó su segundo largometraje en 1998, titulado Los primeros amigos, un drama familiar protagonizado por Joseph Cross y Robert Loggia.

Pero su gran y primer éxito no llegaría hasta 1999 con El sexto sentido, película que se convierte en la gran revelación del año e instaura un período en Hollywood dominado por la producción de thriller sobrenaturales y psicológicos, a la sombra del éxito de su película. El film destaca por su habilidad en la construcción del suspense, un elaborado guión con un giro final sorprendente y la destacada interpretación del pequeño actor Haley Joel Osment.

El autor, influenciado en su cine por directores como Alfred Hitchcock o Steven Spielberg, prosiguió su andadura cinematográfica con otro thriller paranormal titulado El protegido en el año 2000, un título en el cual Shyamalan rendía tributo a una de sus grandes aficiones, el mundo del cómic.

Volvería a las pantallas en 2002 con Señales, protagonizada por Mel Gibson, y adentrándose en encuentros alienígenas para llegar en 2004 a realizar El bosque un extraño y envolvente cuento con Joaquin Phoenix y Bryce Dallas Howard a la cabeza.

La joven del agua en 2006 era una especie de cuento de hadas fantástico protagonizado por Paul Giamatti y, una vez más, Bryce Dallas Howard.

Su última obra hasta el momento es El incidente, estrenada en junio de 2008, en la que nos plantea una historia de carácter apocalíptico y lucha contra la naturaleza.

Como otros muchos actores también Shyamalan utiliza el recurso del cameo en sus películas, con mayor o menor importancia de sus papeles, desde el papel importante que ejerce en La joven del agua, hasta el pequeño reflejo en un cristal en que aparece en El bosque. También ha decidido siempre ser el guionista de sus propias películas, lo cual me parece un gran acierto.

Como curiosidad su segunda película fue estrenada en España en junio de 1999, algunos meses antes de El Sexto Sentido.

Sus dos primeras obras son inéditas para mi, aunque parecen obras menores no por ello tienen porque ser desdeñables. Si alguién las ha visto que me cuente.

El gran éxito de Shyamalan y reconocimiento de público y crítica llegaría con esta notable película que obtuvo en los Oscar del año 2000 seis nominaciones.

Para mi esta película fue una gran revelación, el descubrimiento de este gran director, al que sigo y admiro desde entonces. En el cine la vi dos o tres veces y aún así sigue haciéndome saltar del asiento en los mismos sustos que ya conozco de memoria. Ya conocía el inesperado final del film antes de verla en en el cine (me lo habían destripado...), aún así la película me dio mucho miedo y me pareció excelentisimamente dirigida, narrada y filmada. Tenía un estilo único que Shyamalan continuaría en el resto de sus largometrajes.


El Sexto Sentido no solo supuso una gran revelación personal para mi sino también para el mundo del cine de suspense en general al convertirse en una excelente muestra de lo que debe ser una película de ese calibre. El director nos cuenta en su obra maestra una historia atada en todos los cabos, sin prisa pero también sin pausa, enganchándote desde la primera secuencia y mostrándote unos personajes humanos y reales, profundamente conocidos y mostrados, guiándonos a lo largo de todo el metraje hasta uno de los giros más sorprendentes y efectivos que hemos tenido el placer de disfrutar.

Consigue hacer con el doctor Malcolm Crowe uno de los mejores papeles de Bruce Willis y nos presenta a un pequeño gran actor de la talla de Haley Joel Osment que resulta ser realmente impactante.

En El Protegido Shyamalan nos cuenta la historia de Davin Dunn, protagonizado por Bruce Willis una vez más, un guarda de seguridad que resulta ser el único superviviente de un gran accidente ferroviario. Después de tan extraño suceso conocerá a un extraño hombre llamado Elijah Price, perfectamente encarnado por Samuel L. Jackson en uno de sus papeles más diferentes, un hombre que debido a una extraña enfermedad le llaman desde niño Don Cristal, ya que tiene una extrema debilidad en su estructura osea, la confrontación de ambos personajes, producirá en David un gran sentimiento de desconocimiento sobre sí mismo, llegando a plantearse si la teoría de Elijah es cierta y puede ser realmente un superheroe de tebeo o es solo la imaginación de un hombre enfermo y desesperado por su propia existencia.

Más controvertida fue su segunda obra, que tuvo críticas muy diversas y contradictorias. En mi opinión, junto con El Sexto Sentido, su mejor obra. Una película con un culto muy conseguido hacia el mundo del comic y brillantemente resuelta, algo lenta en su metraje, pero que no pierde su esencia hasta llevarnos hasta un final tan digno de Shyamalan como el de su primer gran éxito.

Como ya hizo en su primer gran éxito nos ofrece un gran conocimiento de los personajes, por ello la película resulta bastante lento, por lo que nos ofrece de cada uno de ellos. Es por esta razón que no será una película que entusiasme a todos sino tan solo a algunos, los que sean capaces de ver en ella su verdadera magnificencia. Lo más grande de esta película nos lo aporta sin duda Samuel L. Jackson con su papel magníficamente resuelto y creíble.

Señales sería la siguiente película de Shyamalan. Mantiene el ritmo a lo largo de todo su metraje aunque el final, en mi opinion, decepciona un poco. La escena final del alienígena nada tiene que ver con lo que esperaba de Shyamalan y lo que me ofrece en el resto de la película, de la que destacaría la escena del reflejo en el cuchillo o la que están encerrados en el sótano, que tan poco dejan ver y tanto expresan, en cambio en su giro final lo muestra todo, más de lo que, en mi opinión, desearíamos ver. Muchas veces tiene mayor poder la imaginación que la visualización y Shyamalan ha demostrado que sabe como sacar partido del gran poder de nuestra imaginación.

En esta película nos presenta unos personajes de una forma muy profunda y clara, llenos de matices y luces y sombras. Quizás en la película donde más llega a ahondar en sus propios personajes y a hacerlos los verdaderos protagonistas, siendo la trama de la historia solo una forma de conocerlos y de ver como son, lo que pueden hacer y soportar. Todos los actores cumplen fantásticamente con su papel, como protagonistas tenemos a Mel Gibson y Joaquin Phoenix y dos pequeños, Rory Culkin (el hermano pequeño de Macauly) y Abigail Breslin (antes de optar al premio de Pequeña Miss Sunshine), que son realmente los que marcan el ritmo de la historia, como si la viesemos a través de sus inocentes ojos.

El bosque supuso para el público en general una decepción al presentar en los trailers una película de terror y encontrarse en la sala con una especie de fábula o cuento en su matiz más tenebroso. Para mi, en cambio, fue otra gran experiencia brindada por Shyamalan, visualmente perfecta, hipnótica y única.

Desde el comienzo de la película sentí que estaba ante algo especial, distinto de lo que me habían vendido pero que me iba a hacer sentir. La película es más insinuante que terrorífica, lo mejor que sabe hacer Shyamalan, sugerir, crear la atmósfera claustrofóbica y misteriosa que nos atrapa. La película lejos de querer aterrorizarnos quiere hacernos pensar, y sentir como solo el cine es capaz de hacer y como solo Shyamalan es capaz de transmitir.


El aspecto visual de la película es probablemente lo más cuidado de ella, los colores y el lugar concreto están siempre elegidos, la película se basa fundamentalmente en los colores y a ellos les saca partido hasta el punto de conseguir que seamos capaz de oler los colores y sentir con ellos. La fotografía y la banda sonora, absolutamente magníficas. Y en cuanto a los actores Bryce Dallas Howard resulta ser la que más brilla, Joaquin Phoenix se apaga a lo largo de la historia y William Hurt va cogiendo fuerza.

Como en sus anteriores obras, te atrapa a lo largo de todo el metraje para acabar llevándote hasta un final sorprendente y perfecto donde todo coje lucidez y sentido, donde al fin comprendes y reflexionas.

La historia nació en la cabeza de este director como un cuento para contar a sus hijas a la hora de ir a dormir, y tanto se entusiasmó él con su propio cuento que decidió trasladarlo a la gran pantalla.

Pero a la hora de comercializarla se cometió con La joven del agua el mismo error que con El bosque vendiéndola en los trailers como una película de terror, que en este caso quedaba muy lejos de ser, ya que frente a la pantalla nos encontramos con un bonito y triste cuento de "hadas" y seres mágicos, con simplemente alguna que otra escena que daba algún susto.

Técnicamente, consigue con la música y la fotografía, como ya hizo en sus anteriores películas, general el clima de intriga e inquietud que lo guia alrededor de su hora y media de metraje, cuida mucho la colocación de la cámara para mostrarnos en cada momento lo que debemos ver o dejar de ver.

En esta película el director supera el simple cameo para convertirse en un actor más de su cinta, con un papel importante en la misma. Para mí, mejor que se quede detrás de la cámara que es donde realmente es capaz de hacer magia, su interpretación no pasa de ser curiosa por ser quien es. Los que realmente hacen las delicias de esta película son sus dos protagonistas, Paul Giamatti en el papel del bueno de Cleveland Heep y Bryce Dallas Howard como la ninfa del mar Story.

Aunque si que es una buena película, se enreda mucho y me parece la menos memorable de sus películas. Pero aún así bien merece un digno visionado. Hay que verla como algo diferente del resto de sus películas, como un cuento encantador y bonito, lleno de corazón y en el que quería abarcar tanto que hay muchas cosas que acabaron escapando y liándose en demasía. Se convierte en un cuento que os hará disfrutar de la magia si os dejais llevar por la historia sin ningún prejuicio, porque al fin y al cabo lo que pretende un cuento no es más que eso, hacernos soñar.

En esta ocasión Shyamalan se traiciona un poco a sí mismo al realizar una película en la que muestra mucho más de lo que deja a la imaginación, guiado supongo por todas aquellas críticas que lo condenaban de engañar a los espectadores prometiendo una película de terror que luego no era, en esta ocasión Shyamalan se deja llevar por ello y da lo que promete el trailer. En mi opinión esto le hace un flaco favor, la película está bien, se respira a Shyamalan en muchas de sus imagenes pero muchas otras no son propias de él, muestran demasiado, que no es necesario ver, que resulta más mágico y terrorífico para el alma cuando tan solo se insinua. Espero que el director aprenda de su error y vuelva a darnos el cine que nos ha enamorado a todos sus fans y haga oídos sordos a las malas lenguas y sus críticas, porque su cine tiene más magia y terror psicológico que todas las típicas películas de terror que el pueblo pide a gritos.

Aún así nos regala una buena película, con escenas memorables que hielan la sangre de la forma más sutil. Con esa atmósfera que consigue en todas sus películas, que te envuelve y te atrapa a seguir participando de su historia.


La pérdida de metraje en enseñar escenas más terroríficas provoca que tenga menos tiempo para presentarnos a sus personajes, para dárnoslos a conocer, lo que provoca que sean más planos y con menos matices a lo que nos tiene acostumbrados, y eso se echa mucho en falta, el personaje que más nos enseña, en sus silencios y sus profundas miradas, es el de Alma, encarnada por los intensos ojos azules de Zooey Deschanel. El personaje principal de Elliot en la piel de Mark Walhberg, personalmente no acaba de convencerme. La pequeña Ashlyn Sanchez como Jess hace un papel correcto y me quedo con ganas de saber más de su padre Julian, John Leguizamo, que supone un gran golpe inesperado. También le falta su habitual cameo que le da una chispa en todas sus películas.

La película en sí queda correcta, pero falta mucho de Shyamalan en ella, parece querer convertirse en una película más que aficione al público y pierde la componente tan especial que le daba su director, ese profundo conocimiento de sus personajes, esa angustia corporal en cada una de sus imagenes cuando solo nos dejaba imaginar, ese esperado e inimaginable final que ataría todos los cabos. Queda bastante vacía. Pero no os equivoqueis, si la película fuese de cualquier otro director me hubiese parecido bastante buena porque no esperaría lo que Shyamalan siempre ha dado, pero siendo suya decepciona, precisamente porque sé lo que este fantástico director es capaz de hacer y que aquí no ha hecho.

Quentin Zastoupil, verdadero nombre de nuestro aclamado Tarantino (quien recuperó su apellido paterno exclusivamente para su carrera cinematográfica, aconsejado por uno de sus profesores de interpretación), nació en Knoxville, Tenessee el 27 de marzo de 1963. Su madre, Connie, era una mujer soltera que se quedó embarazada de un músico llamado Tony Tarantino a la tierna edad de 16 años, y se fue de casa con él, pero las cosas entre la pareja no fueron bien y Connie se dio cuenta de que tenía que criar a su pequeño sola, así que se trasladaron a Los Angeles. Allí conoció a otro músico llamado Curt Zastoupil, con quien se casó.

El nombre de Quentin se debe a uno de los personajes favoritos de su madre en la serie televisiva La ley del revolver, Quint Asper, interpretado por Burt Reynolds.

Desde pequeño Quentin ya mostró inquietudes artísticas, y gran devoción por el mundo del cine puesto que era dificil separarlo de la pantalla de la televisión, algo que su madre solo conseguía cuando lo llevaba al cine a ver las películas en pantalla grande. Así fue como en sus jóvenes años Tarantino bebió del esplendor del cine a finales de los sesenta y principios de los setenta, cuando la censura había bajado la defensa, y Quentin podía ver películas con violencia y sexo, de gran polémica.

A la temprana edad de quince años, Quentin dejó la escuela, aunque si bien no fue por falta de capacidades, su coeficiente intelectual era de 160, el joven sentía que aquello no le aportaba nada y tenía problemas en todas las asignaturas por su falta de interés, lo cual le acarrearía problemas de ortografía hasta día de hoy. Su madre le permitió dejar sus estudios a condición de que encontrará un empleo.

Y así fue como se matriculó a los 16 años en la escuela de actores James Best, en busca de ese contacto deseado con el mundo del cine, por aquel entonces Quentin estaba más seducido por el mundo de la interpretación que por la dirección o los guiones. Ya allí llamaba la atención, ya que mientras otros alumnos ensayaban prestigiosos textos de autor, Quentin y su grupo de amigos se decantaban más por interpretar escenas de cine policiaco de moda en los sesenta. Allí conoció a Craig Hamann y Rick Turner, quien después le acompañarían de un modo u otro en su intensa carrera. En la escuela James Best, Quentin estudió durante tres años, costeandose las clases trabajando como acomodador en un cine porno en el que no tenía edad ni siquiera para asistir. Estas clases fueron el único aprendizaje de Quentin encaminado al cine.

Cuando acabarón sus clases y Quentin debía salir a comerse el mundo se dió cuenta de que lo que realmente quería hacer no era interpretar, sino dirigir, el siempre se había centrado más en la película, era lo principal, admiraba a los directores y era con quien quería trabajar.

Tras la escuela consiguí un empleo de cazatalentos para la industria aeronaútica en el que ganaba 1.200 dolares al mes, lo que aumentó su nivel de vida y le permitió comprarse su primera cámara casera y hacer sus primeros videos. Pero lo que a Tarantino le gustaba hacer era devorar películas, convirtiéndose en uno de los más rentables clientes del videoclub Video Archives. Un buen día Quentin decidió cambiar su rentable trabajo por uno en el videoclub en el ganaba solo cuatro dolares la hora, pero que le dieron las experiencias y contactos necesarios para comenzar su carrera. Allí conoció a Roger Avary, consejero espiritual durante toda su carrera como guionista, con quien convirtió el videoclub en un lugar de encuentro para los más diversos freaks aficionados al cine, programaron ciclos de cine en el videoclub, dedicados a autores como Akira Kurosawa o Jean-Luc Godard, convirtiéndo así el videoclub en el punto de confluencia habitual de los cinéfagos más voraces quienes mantenían conversaciones de lo más surrealistas, como la que luego se llevó ante la pantalla sobre Madonna y su "Like a Virgin", comienzo mítico de la genial Reservoir Dogs. Allí Tarantino se sentía muy cómodo, podía dedicar su tiempo a hablar de cine y recomendar películas, hasta llegar a convertirse en el crítico de cine local que todos consultaban.

Así Quentin decidió que su futuro sería la narración de historias. Su primer paso fue esctibir un guión basado en una idea de su amigo Craig Hamann, titulado My Best Friend's Birhtday, donde contaba la historia de un tipo que contrata una prostituta como regalo de cumpleaños de su mejor amigo, guión que tras evolucionar mucho acabaría conviritiéndose en la conocida Amor a Quemarropa. El rodaje de My Best Friend's Birthday duraría tres largos años y estaría integrado por Quentin y sus amigos del videoclub y de la escuela de actores, todos ellos inexpertos y sin ningún presuspuesto. Así la cinta resultó algo realmente malo pero muy valioso para Quentin, donde aprendió lo que sería su trabajo y llegó a llevarlo a cabo.

Mientras se llevaba a cabo el rodaje de My Best Friend's Birthday, Quentin evolucionó su guión hasta convertirlo en dos guiones distintos. En el primer guión, llamado entonces The Open Road, se centraría en la primera parte, en los personajes de Clarence y Alabama, en su encuentro y como se enamorán, teniendo que enfrentarse al chulo de ella. Este sería el guión que acabaría convertido en Amor a Quemarropa. El segundo guión trataría de su huida, como se han convertido en dos violentos rebeldes que viven según su propio moral, matando y asesinado. Este sería el guión que se convertiría en la película que hoy conocemos como Asesinos Natos, quien Oliver Stone cambió de arriba a abajo porque no le gustaba.

La primera persona que confió en el talento de Quentin como guionista fue Cathyn James, quien le consiguió algunos papeles y movió el guión de The Open Road por varios estudios sin obtener ningún éxito hasta que llegó a manos del productor Stanley Margolis quien quedó impresionado con el guión, aunque horrorizado como tantos otros por su presentación (el guión estaba escrito a mano por Tarantino, en papeles de distintos tamaños y colores, con su consabidas faltas de ortografía y una letra casi ilegible). Stanley se interesó en adquirirlo, pero Quentin intentó convencerlo de que le dejará dirigirlo, y como prueba de su talento le mostró su película My Best Friend's Birthday, craso error, Margolis quedó horrorizado con la película y le aconsejó que no volviera a mostrar esa película a nadie si de verdad quería convencerlo de su talento, así Quentin tuvo que conformarse con cobrar su cheque por el guión, que no vería la luz del cine hasta tiempo después del éxito de Reservoir Dogs, como pasaría también con sus guiones para Asesinos Natos y Abierto hasta el Amanecer.

Ante la imposibilidad de rodar sus guiones Tarantino se dio cuenta de su error, había escrito guiones para rodarse con un presupuesto mínimo de un millón de dolares y nadie iba a darle tal cantidad para rodarlos. La única manera de conseguir dinero para llevar a cabo uno de sus guiones era si se pudiera rodar con unos 30.000 dolares, y ese proyecto sería Reservoir Dogs.

Así fue como comenzó a escribir el guión para una de las películas más importantes de mi vida, mientras lo hacía participó como extra disfrazado de Elvis Presley en un episodio de Las chicas de Oro. Pero lo más importante no fue eso sino que el reputado artista de efectos especiales Robert Kurzmann, le pidió que escribiera un guión sobre una road movie de vampiros que acabaríamos conociendo como Abierto hasta el Amanecer. El trato que hicieron fue que Quentin escribiría el guión sin cobrar nada, a cambio de que Robert Kurzmann hiciera lo propio con los efectos especiales de la primera película de Tarantino, cosa que Kurzmann y sus compañeros hicieron gustosos con los sencillos efectos de Reservoir Dogs.

Así fue como por fin Tarantino pudo hacer su primera película, Reservoir Dogs, que se convertiría en la película de culto por excelencia. Este gran éxito provocó que las productoras comenzaran a llevar al cine sus guiones resaltando como atractivo el nombre del guionista, algo único en el cine moderno. Llega también el momento para Pulp Fiction en manos de Quentin Tarantino y su compañía Band Apart.

Y de aquí a la eternidad, con el resto de sus películas y el gran éxito que Tarantino tiene en la actualidad.

Páginas interesantes:

http://web.jet.es/unepelde/tarantin.htm
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1681.html

Y una vez hecho el repaso a su biografía centrémonos en sus obras.

Antes de eso tengo que decir, que como otros directores, también Quentin Tarantino, suele rodearse en sus películas de algunos habituales en su cine, como son Michael Madsen, Uma Thurman, Samuel L. Jackson, Bruce Willis, Tim Roth, Harvey Keitel, hasta llegar a él mismo que casi siempre tiene un papel en sus películas, en ocasiones un simple cameo y en otras un personaje de mayor importancia.

En todas sus peliculas Tarantino ha sabido mantener el listón, en todas ellas vemos la firma de su director, porque quien mejor que él es capaz de construir tan brillantes diálogos, de contar una historia que se dilata y contrae a lo largo de su metraje de una forma tan acertada, de saber colocar la cámara siempre en el lugar concreto en el que debemos ver o tal vez dejar de ver, girar la cámara ocultando y mostrando lo complejo que se puedo tornar el momento más sencillo, haciendo sonar en el momento justo la música idónea, que te hace comprender lo que ocurre, o te descoloca del mismo modo que lo hace la imagen que lo acompaña.

El nombre de Quentin Tarantino expresa genialidad y talento, en cada uno de los segundos de sus películas, nada tiene desperdicio, todo se enlaza, todo se recrea.

A lo largo de sus películas, ha sabido conservar su estilo propio, aunque si bien sus dos primeras obras me parecen realmente las mejores y más fieles a su esencia.

La obra que realmente le vio nacer, a mi parecer la mejor de toda su filmografía y creo que realmente insuperable incluso por él mismo.

Pocas veces podremos encontrarnos con una opera prima de semejante calibre, lo que dice mucho de Quentin Tarantino, ya solo en sus inicios, con una trama tan simple en principio como un robo, un simple atraco, en el que el atraco en si no es la película, las imágenes se suceden, antes y después, sus protagonistas te cuentan lo acontecido, imaginan y especulan lo que esta por venir, y te hacen cómplice de la propia trama. Con Reservoir Dogs pasas media película descolocado, sin saber hacia donde va, de donde viene, se entrecruzan el antes y el después descubriéndote la historia según debes conocerla, se mezclan la sangre, la contrariedad, la complicidad, las diferentes personalidades... en una insólita y violenta estructura que te atrapa y no te deja escapar.

La película consta de tres historias cortas escritas por Tarantino cuando era joven. Estas historias se entremezclan a lo largo del film. Las tres historias son la de Vincent Vega y la esposa de Marcellus Wallace, en la que Vincent debe llevar a cenar a Mia, la esposa de su gran jefe. La segunda historia es la del Reloj de Oro de Butch, en la que nos cuenta como este estafa a su jefe, siempre Marcellus Wallace y su dificil huida. La tercera historia es La situación con Bonnie en la que Vincent y Jules tras llevar a cabo su encargo asesinan accidentalmente en su coche a un chico teniendo que ir a refugiarse a casa de Jimmy, un amigo de Jules, para arreglar el coche y la situación.

A lo largo de Pulp Fiction las historias se van entrecruzando y se cuenta de una forma no lineal en el tiempo, acabando en el principio cuando Jules y Vincent desayunan juntos en el restaurante que Pumpkin y Honey Bunny quieren atracar.

La película cuenta con algunos de los habituales de Tarantino, y con muchas caras conocidas. La música es como siempre adecuada a cada momento y situación y los diálogos de lo más brillantes. Todo puramente tarantiniano. Para mi, junto con Reservoir Dogs lo mejor de su autor.

Y en el trayecto de la carrera de Tarantino nos encontramos con esta singular película en la que cuatro directores se juntan para hacer un proyecto en común, pero cada uno desde su propio punto de vista, lo que acaba generando una obra peculiar.

Four Rooms transcurre en un hotel, nos cuenta las aventuras y desventuras de un botones de hotel, cada director tiene su propia habitación para hacer con ella, con sus ocupantes y con el botones, encarnado genialmente por Tim Roth, lo que quieran.

La historia de Tarantino es la última, el cierre de la película, y con diferencia la mejor historia de todas, desde que el botones se adentra en la habitación de El hombre de Hollywood sentimos la esencia de Tarantino, él mismo nos cuenta lo que hacen, en un casi monologo de lo más sugerente. Si la película hasta el momento ha resultado por momentos entretenida, en cuando llega a Tarantino cuando alcanza la genialidad, en una historia corta que hace las delicias del espectador.

Jackie Brown representa un cambio en el cine de Tarantino, se aparte del efectismo de las armas y su poder para presentarnos unos personajes de forma profunda, por lo que dedica gran parte de la película a hacerlo, ambos cambios provocan que en cierto modo la película sea más aburrida al tener mucha menos acción pero muy interesante por el desarrollo de los personajes tan conseguido que obtiene. En la segunda parte de la película, tras la extensa presentación de los protagonistas, la acción aumenta, la maquinación y la estrategia toma mayor protagonismo y nos va guiando, mostrandonos solo lo que debemos saber en cada momento.

Sin duda lo mejor de Jackie Brown lo consigue Pam Grier que literalmente se come la cámara y hace de ella lo que ella y su director quieren. Personalmente echo de menos una ración de violencia y sangre a la que Tarantino nos tiene acostumbrados y que en esta película queda reducida a más que el mínimo, pero con este cambio consigue una película mucho más seria y digna de ver.

Kill Bill se compone de dos películas, el volumen 1 y el volumen 2. En Kill Bill, volumen 1 conocemos a La Novia y lo que provocó su ira. Uma Thurman encarna el papel de Mamba Negra, una ex-integrante de El Escuadrón Mortífero de Víboras Asesinas que tras quedarse embarazada intenta retirarse y comenzar una nueva vida tranquila junto a su pequeña. Pero Bill, el jefe del Escuadrón no acepta su opción y el día de su boda es atacada por sus antiguos compañeros, quienes asesinan a todos los presentes, disparandola a ella en la cabeza y dandola por muerta, sin embargo ella se queda en coma. Cuatro años más tarde se despierta en un hospital, sin su bebé y comienza su venganza...

Para ello confecciona una "lista de muerte". En esta entrega podremos conocer al maestro Hattori Hanzo, quien le hace una mortífera katana para acabar con Bill. También a sus antiguos compañeros, y podremos disfrutar de la lucha entre la novia y varios de ellos, O-Ren Ishii y sus "88 maniacos", y Vernita Green.

En esta película Tarantino bebe de múltiples géneros y culturas para acabar realizando la película que quiere, sin someterse a ninguna de las reglas de cada una de sus referencias, genera una película libre de toda atadura y visualmente muy atractiva, jugando con imágenes de comic en movimiento tremendamente violentas y coreografías de lucha con una estética acertada y gran dinamismo. Esta película resulta más un juego visual sorprendente y atractivo que una película de cine negro como sus anteriores. Encontramos en esta parte toda la violencia y el dinamismo que le faltó a Jackie Brown.

Pero la historia no acaba con el primer volumen, la venganza de Bill tendría que hacerse esperar hasta su segunda entrega, Kill Bill, volumen 2. En su lista solo quedan dos nombres más antes de llegar a Bill, Budd y Elle Driver, pero esta vez la lucha no será tan facil como en la primera película y le costará más llevar a cabo su venganza.

Si en la primera parte Tarantino se desmarcaba de todo y hacía la película más libre y sin pretensiones de su carrera, es en esta segunda parte cuando todo lo de la primera alcanza su punto importante. La película ya no esta hecha simplemente para su disfrute audiovisual, sino que también pretende contar la historia que le faltaba en la primera parte, se interna más en los personajes y en sus mentes, ya no resultan vacíos, sino llenos de la violencia que les de la vida, aquí nos muestra Tarantino otra vez su esencia, sus diálogos y su impronta, se muestra algo más comedido que en su predecesora consiguiendo una película gratamente superior a la primera y que cierra la historia de forma perfecta. Si algo me queda claro de Tarantino es que se le da mejor cerrar la historia que abrirla, y eso es lo que tenemos en esta entrega, el final del capítulo.

En cuanto a Death Proof, resulta la película más floja de la impresionante carrera de Tarantino, los diálogos no son tan brillantes como el director nos tiene acostumbrados y la película por momentos llega a hacerse incluso aburrida. La banda sonora está muy cuidada como es propio de Tarantino y le falla la falta de linealidad en la historia que utiliza en todas sus demás películas, en este caso sigue la historia desde un principio hasta un final lo que no le hace ningún favor. También en esta película el director prueba una nueva faceta suya actuando también como director de fotografía, por si no tenía bastante con haber hecho ya de director, actor, guionista, productor e incluso montador en su primer cortometraje.

La película está claramente dividida en dos partes, una primera parte bastante aburrida en la que los personajes ni siquiera me cayerón simpáticos, las cuatro primeras chicas se dedican a beber, fumar y tener diálogos que no parecen salidos de la mente de Tarantino de lo flojos que son, llegando incluso a sobrar diálogo. La segunda parte coge ritmo, la esencia de su director por fin se hace apreciable, nos presenta a otras cuatro chicas, personajes más simpáticos que tienen unos diálogos mucho mejores, dignos de su director. Todo coge potencia a lo largo de esta segunda mitad hasta llegar al apoteósico final, consiguiendo un final realmente impresionante e inesperado.

Pero no son solo las chicas las protagonistas de la película, Kurt Russell encarna al especialista Mike, un hombre rudo que solo se siente completo tras el volante de su coche, un Chevrolet Nova, con el que recorre las carreteras en busca de hermosas jóvenes con las que aplacar su sed de sangre. Pero Kurt Russell aparece poco en la película, se queda en segundo plano hasta que coge las riendas, me hubiese gustado más Kurt Russell en la película, ya que está realmente fantástico en su papel.javascript:void(0)

Y por el momento esto es todo en la carrera de Quentin Tarantino. En breve podremos disfrutar de su nueva película, Inglorious Bastards, en este caso una película bélica que se desarrolla en la segunda guerra mundial, un nuevo reto que se desmarca mucho de su cine anterior. Veremos como resulta.